

En 2008 tres jóvenes, Marta Guerras, Mónica Miranda y Egoitz Sánchez dicen en sus respectivas casas aquello de “Mamá, quiero ser artista”. Llenos de ilusión y mucha inconsciencia inocencia, abandonan sus carreras de provecho para lanzarse al abismo de la interpretación. Así es como se conocen en la RESAD y claro, en ese Gran Hermano –no referenciando al de George Orwell, sino al de Mercedes Milá- entre tanto roce y tanta pasión compartida, se hacen inseparables. Este triángulo de amigos crece, comparte, y se ríe. Se ríen entre ellos y de ellos mismos. Se ríen de muchas cosas siendo una de ellas su puñetero perfeccionismo. Es por esto que cuando en 2022 deciden cristalizar su sueño, a este sueño le dan el nombre de Doña Perfectita…
Compañía

En 2008 tres jóvenes, Marta Guerras, Mónica Miranda y Egoitz Sánchez dicen en sus respectivas casas aquello de “Mamá, quiero ser artista”. Llenos de ilusión y mucha inconsciencia inocencia, abandonan sus carreras de provecho para lanzarse al abismo de la interpretación. Así es como se conocen en la RESAD y claro, en ese Gran Hermano –no referenciando al de George Orwell, sino al de Mercedes Milá- entre tanto roce y tanta pasión compartida, se hacen inseparables. Este triángulo de amigos crece, comparte, y se ríe. Se ríen entre ellos y de ellos mismos. Se ríen de muchas cosas siendo una de ellas su puñetero perfeccionismo. Es por esto que cuando en 2022 deciden cristalizar su sueño, a este sueño le dan el nombre de Doña Perfectita…
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